Tres deseos by Barbara Delinsky

Tres deseos by Barbara Delinsky

autor:Barbara Delinsky [Delinsky, Barbara]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1997-01-01T00:00:00+00:00


* * *

—Deseé calor —le confió ella a las tres de la madrugada. Habían hecho el amor, preparado pizza y después volvieron a hacer el amor. En ese momento estaban tendidos en medio de la dulce fragancia del amor y el sudor, Bree con la cabeza apoyada sobre el fuerte pecho de Tom. Movió los dedos de la mano para admirar el brillo del diamante. La excitación hacía desaparecer su cansancio.

Tom debía de sentir lo mismo, porque no había señales de cansancio en su voz.

—¿Lo deseaste?

—Cerré los ojos, imaginé al ser de luz y pronuncié mi deseo. No sucedió nada. Esperé y esperé, y por fin me marché al restaurante. A mediodía la casa estaba en llamas.

Tom soltó una risita.

—De manera que aquí estás, en una casa bien caldeada, y en ella te quedarás. Tu deseo te fue concedido.

Ella alzó la cabeza.

—¿Lo crees así? Yo pedí calor, y lo que hubo fue fuego. ¿Se debió al deseo que formulé, o a algo más lógico como un cortocircuito? Le he dado vueltas al asunto, Tom. En un sentido figurado, conseguí lo que deseaba, pero ¿provoqué literalmente ese incendio al haber pedido calor?

—Si te sientes culpable, no lo hagas.

—No puedo evitarlo. Ese era un hogar.

—Era un objeto. Puede ser reemplazado. —Tom se puso serio y le acarició la mejilla—. Lamento que no puedas tener hijos, Bree. Lamento que hayas tenido que oírlo de boca del médico y que te lo hayas callado hasta ahora. Si me lo hubieras dicho, yo habría compartido tu dolor.

—Lo compartiste. Esa noche fuiste a mi casa y me abrazaste mientras yo lloraba.

—Deberías haberme explicado por qué llorabas.

—Solo hubiese conseguido que te sintieras más culpable por el accidente. No quiero que te sientas culpable. No quiero creer que ese es el motivo por el que me regalaste este anillo.

—Piensa entonces que te lo regalé por egoísmo. Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida. Darte el anillo es el primer paso para atarte a mí. ¿Qué dices a eso? Podríamos casarnos la semana que viene o el mes que viene. ¿Qué te parece el día de San Valentín?

Bree bajó la cabeza, sonrió y disfrutó de la dulzura del momento.

—Ya lo decidiremos.

—¿Cuándo?

—Pronto. Es la primera vez que estoy comprometida. Quiero saborearlo durante un tiempo.



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